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ULTRATRAIL - XV Edicion LXVII MILLAS ROMANAS (Merida)

Localidad: Mérida Salida y llegada: Mérida (Badajoz) Fecha: 05 de Abril de 2013
Tiempo total: 8 horas y 45 minutos                                                            
Tiempo parado: 0:17:52
Velocidad media total: 6,9
Dificultad: Difícil por la distancia total del trayecto
Circular: Si
Frecuencia cardiaca (Limite 169)      F.C. Media: 153     F.C. Máxima: 184
Caminantes: Ferreiro2008
Altitudes (Sport Tracks) Altitud de salida: 223 metros Altitud de llegada: 230 metros
Desnivel máximo subida: 8,19% Desnivel máxima bajada: 9,03%
Época: Todo el año.
Organización:   Club Camino de la Plata de Mérida  http://www.caminoplata.com
Precio: 35€ (precio único)
MIDE: 1-1-1-5
Índice IBP: 346 RNG
  Hora de salida: 21:00                            Hora de llegada: 05:45
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Crónica año 2012             Crónica año 2011
                   

                  
De camino pasando por la estación de montaña la Covatilla
 parada para un café en Tabara - Lugar de paso hacia Santiago
 Mi dorsal
 Firma de documentación previa a la prueba
 Participantes
Un pequeño grupo de gallegos
 Posado inicial
Los pretorianos de Tomares
Nuestra escolta
 Buen ambiente previo a la prueba
 El pasillo de antorchas
 Primeros metros fuera del asfalto
 Estamos llegando al primer avituallamiento
El rutometro
 Los regalos
Todavía podemos ver las inundaciones 
Puente lusitania
Puente romano
Mis acompañantes
 
Cuando pensé en las pruebas que quería realizar a lo largo de este año pensé en muchas pruebas, pero esta prueba en particular no tenia previsto realizarla, sin embargo es una zona que a Laura le gusta y no “tuve” mas remedio que incluirla. Esta es una prueba que se me atraganta, es demasiada plana y en las dos ocasiones anteriores en las cuales participé 2011 y 2012 siempre salí tocado de ella, con lo cual este año no me apetecía realizarla. El año pasado previo a esta prueba tuve unas pequeñas molestias en el tobillo derecho, este año voy a realizar la prueba con los restos de una gripe que esta semana me obligó a quedarme en cama algún día.  
Las previsiones del tiempo nos dicen que en la prueba tendremos buen tiempo, frio y seco, sin embargo en el trayecto hasta Mérida podemos encontrarnos con nieve en cotas superiores a 500 metros. Cuando llegamos a Xinzo de Limia estaba empezando a nevar, me preocupa encontrar mucha nieve en el camino, principalmente cuando ni siquiera dispones de cadenas. Las previsiones se equivocaron y a partir de aquí el tiempo fue mejorando y las temperaturas se fueron suavizando. Este año, al igual que en los 2 años anteriores  me volvieron a acompañar Laura, Fernando y Marina. En todo el camino no toqué el volante, para algo llevaba mi propio piloto.
Según las previsiones las condiciones del terreno no van a ser las mejores, veo alguna fotografía en periódicos de Mérida que nos indican que la zona está medio anegada. Tanto fue así que la nueva organización se vio obligada  a cambiar totalmente el primer bucle y a modificar alguna parte del segundo y del tercero. A pesar de esto encontré los caminos por los cuales transitamos en condiciones excelentes, apenas encontré algún charco y en muy pocos sitios encontré algún barro. En los charcos más grandes incluso tuvieron el trabajo de poner tablones para que no nos mojasemos los pies.
Llegamos al polideportivo cerca de las 18:30, recogí la bolsa que traía el dorsal, la camiseta de regalo, una botella de vino tinto, el rutometro, etc., firmé los papeles que me pidieron y dejé la bolsa con las mudas necesarias para cambiarme cuando pasase por aquí (llevo 2 mudas completas por si es necesario cambiarme totalmente cada vez que pase por aquí). Una vez terminado con este tramite nos dirigimos a acomodarnos al hostal Salud, en donde en principio tenemos reservadas 2 habitaciones. Me dicen que al igual que el año pasado me hacen un pequeño descuento por ser participante de la prueba.
 Me preparo con la ropa de batalla, cenamos, me tomo un antigripal y después nos dirigimos para la plaza para tomarme un café bien cargado y disfrutar del buen ambiente previo a la salida. Busco entre los participantes tres amigos que en principio esta previsto que acudan, nos encontramos y charlamos un rato haciendo tiempo hasta que den las 9 de la noche. Este año apareció por allí un “batallón” de legionarios. Este fue un bonito detalle de la organización, preparan el ambiente, no en vano vamos a intentar realizar las millas romanas. Mientras esperamos la salida aprovechamos para sacarnos alguna fotografía “turística” con este batallón. Nos preparamos y esperamos que empiecen a sonar las campanadas, la salida se efectuará cuando suene la última campanada. Deseo buena suerte a José Carlos y a Henar y pienso para mis adentros que a mi también me hará buena falta mucha suerte.
Nos ponemos en marcha detrás de la policía, en un momento reviso si el GPS está marcando y veo que por lo menos la salida no coincide con el track facilitado por la organización, yo voy muy a gusto trotando con el pelotón de cabeza. Cuando el coche de cabeza se detiene nos dice el policía “aquí a la derecha y después a la izquierda”. Tiramos y  750 metros después el chaval que va en cabeza que es de la zona se para y dice que por aquí vamos mal (el track del GPS como ya comenté no coincide desde la salida), dice que deberíamos haber tirado hacia el lado opuesto, damos la vuelta, nos encontramos con todos los participantes que venían detrás y al llegar a la altura del policía este reconoce que era al revés, “aquí a la izquierda y después seguir las cintas a la derecha.” Nada, al final hemos perdido alrededor de 10 minutos y 1,5 kilómetros. Poco después nos despedimos de Mérida que con otro detalle de la organización nos hacen pasar por un pasillo de voluntarios que nos estaban alumbrando el camino con unas antorchas. Realmente este inicio estaba siendo espectacular (olvidemos al policia). El problema para mi empezó sobre el kilometro 15. A partir de aquí empezó mi  calvario. Según empezaba a sudar un poquito empezaba a toser, cada vez tosía más y me costaba avanzar. No estaba disfrutando del paseo y a partir de aquí a cada paso que daba me planteaba dejarlo e irme para cama. La noche estaba espectacular, se veía todo estrellado sin adivinarse ninguna nube, eso si, se estaba poniendo la noche fria. Calculo que en algún momento de la noche debimos estar alrededor de los 2 grados, sintiendo en el pecho que estaba sudando el frio exterior. Lo mejor de este tramo fue cuando me llamó Laura y cuando me llamó mi hija Alicia, aunque lo estaba pasando bastante mal las llamadas que recibes siempre te levantan un poco la moral. La llegada a Mérida de este bucle es horrorosa, se hace súper larga encima de tanto asfalto y por encima por zonas en las cuales no había nada o había polígonos. Lo primero al llegar al polideportivo fue secarme el sudor del pecho y cambiarme la camiseta y el cortavientos, lo restante no lo toqué pues no me hacia falta. Esta operación tuve que hacerla con la luz de mi frontal, pues no se el porqué la zona del polideportivo en donde teniamos que cambiarnos se encontraba sin luz, únicamente nos llegaba la luz de la sala en donde estaban guardadas las bolsas. Aquí me tomé alrededor de 15 minutos sopesando si continuaba o me quedaba, ahora con más calma me parece que estaba en una de aquellas películas en las cuales tienes en un hombro el ángel sensato, que lo dejes que no estas disfrutando y en el otro el demonio el que te dice que todavía es temprano que tires un poco mas, que tu puedes. Al final ganó el que decía que tirase, que llevaba 31 kilómetros con algo menos de 4 horas y que tenía tiempo para pensármelo en el siguiente bucle.  
El frio cada vez era mas intenso, aparte de las orejeras que llevé desde los primeros kilómetros y el cortavientos cerrado al máximo, ahora tuve que ponerme los guantes, únicamente no llevaba puesto el buff porque al taparme la boca me sentía ahogado con el. En este segundo bucle me tomé las cosas con un poco mas de calma y durante la marcha principalmente congenie primero con una chica joven que trotando estaba entrenado para el Gran Trail Peñalara la cual después de un avituallamiento siguió y yo me paré un poquito más, y después de un buen rato coincidí de nuevo con un chico de Madrid que llevaba un ritmo muy parecido al mío y con el cual compartimos muchos kilómetros, el también estaba entrenando para la mismo prueba, y como coincidencia los dos estaban pensando participar en la prueba de 80 kilómetros. Llegué a un punto que viendo que le estaba frenando le mandé seguir que yo ya tenía decidido abandonar en Proserpina. Llegamos al avituallamiento de Proserpina y nos dicen los voluntarios que se encuentran allí a preguntas de un participante con el cual coincido en este momento que llevamos poco más de 30 participantes delante, que vamos muy bien. Al terminar el embalse este año debido a las inundaciones modificaron la ruta a la izquierda, sin embargo la ruta los años anteriores iba enfrente y después a la izquierda, yo recordaba bien este tramo y tiramos para delante (ninguno de los seis que formábamos el grupo vio otras marcas), cuando llegamos a la carretera general y no vimos a nadie (en todos los cruces de carretera había gente de la organización) nos extrañó, sin embargo veíamos cintas (supongo que con los cambios de ultima hora se les olvidó sacarlas), cuatro del grupo decidimos seguirnos por el track facilitado por la organización y los otros dos no quisieron dar la vuelta y continuó por el track del año pasado. Una vez llegado al punto del desvío nos dirigimos por la zona correcta, un carril bici de unos 8 kilómetros que nos lleva hasta la ciudad, ¿será que no tendrían un sitio mejor para este tramo?  Ya llegando a Mérida me encontré con un grupo de gente que subía por donde nosotros estábamos bajando, por lo poco que charlé con ellos se iban de romería hasta el embalse de Proserpina. En Mérida vi que tanto al finalizar el primer como el segundo bucle estaba bastante mal marcado, con pocas marcas y en lugar de tenerlas todas en una acera las tenían en las dos aceras, por lo que tuve que echar mano del GPS en varias ocasiones. Por lo menos a diferencia del fin del primer bucle ahora nos mandan por la zona de los monumentos que tienen en la ciudad, esta entrada si vale la pena disfrutarla. Antes de llamar a la familia y aprovechando que por la tarde vi un podólogo en el polideportivo quise aprovechar sus servicios, la sorpresa fue cuando me dijeron que no había, que ya se habíoa marchado. Entiendo que estas personas deberian estar para revisar los pies de quien lo necesite durante la marcha, sabemos lo que una mala ampolla te puede hacer.  
Resumiendo: Los avituallamientos mas bien escasos, en la mayoría prácticamente solo había agua y naranja, en algunos te encontrabas con algún trocito pequeño de chocolate y en otros con algunos frutos secos, pero muy poca cosa, no encontré nada más. Bueno también había bebidas refrescantes de carrefour (yo probé una y no me gustó). En el pabellón tres cuartos de lo mismo nada que ver con los avituallamientos de los años anteriores, Los marcajes dejaban mucho que desear, balizamientos luminosos prácticamente no había, en algún punto marcas para dos lados diferentes, que el policía del inicio no supiese el camino no tiene perdón. Al final del segundo bucle según el rutómetro debería haber realizado 53,10 kilómetros y según mi GPS hice 60,18 kilómetros (el error de Proserpina fue culpa mía, de cualquier forma fue 1,5  kilómetros y no 7 que es la diferencia final). En el lado positivo poner a los voluntarios que como en años anteriores se portaron conmigo de 10 y al buen tiempo que nos acompañó en toda la marcha. A la organización se le deberia dar un voto de confianza al ser la primera vez que ellos organizaron la prueba, para la próxima edición seguramente trataran de solucionar los pequeños problemas surgidos en esta edición.
Al abandonar llamé a mi hijo para que fuese a buscarme, una buena ducha en el hostal (en el polideportivo algunos se quejaban de que el agua estaba fría), acostarme un rato a descansar y charlar y a las 9:30 nos levantamos para ir a desayunar y acompañar a Laura y a Marina de tiendas y a las 14:00 comer. Después de comer si tocó retirarme a dormir un par de horas, para después salir a cenar y a conocer con tranquilidad Mérida de noche.
El lunes tocó visitar al medico, me echó una bronca por no haber ido antes y me recetó antibióticos para la gripe y codeína para la tos persistente.

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